Cuando el tiempo pasa a ser tu peor enemigo, cuando los minutos del reloj se antojan interminables, cuando no sabes si las ganas son ganas o son desganas..., apareces tú.
Tu presencia lo inunda todo, tu mundo me invade, tus ilusiones, a la par, son las mías.
Siento la necesidad de tenerte dentro de mí, de tocarte, de sentir tus labios rozando los míos, palpar que tus dedos aún tienen vida cuando entran en contacto con mi piel...
Tengo la necesidad de sentir tu aliento recorriendo mi cuerpo cada noche, deleitarme con tus susurros de gozo al hacerme tuya y contabilizar los latidos de tu corazón, cuando tu cuerpo exausto reposa sobre el mío, cansado e invadido de sentimientos...
Necesito acariciar el sudor de tu bello torso e impregnarme con él durante el precioso tiempo que parece detenerse, para mirarnos y saber que realmente te amo...
La clepsidra es el medidor de nuestro tiempo...
Nuestros maravillosos minutos se miden mediante el flujo regulado de un liquido, dando así dos tipos diferentes de relojes según la dirección de ese flujo... Uno de ellos es el "ME QUIERES" y el otro es el "TE QUIERO"
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