Amor, sólo vivo de la felicidad de contemplarte, mis ojos son mi corazón, mis ojos son mis pulmones y si cierro los ojos cuando pasas, siento que todo mi cuerpo se asfixia.
Amor, a veces pasas por mi lado y no sabes nada, no sabes de mis nervios, de mi amor, de mi mirada..., no sabes que a veces me descubro odiando a cualquiera que se interponga entre nosotros, para volver a adorarte en cuanto se apartan y me devuelven tu imagen.
Amor, a veces te cruzas conmigo y no sabes que cada roce me duele y si no lo sabes es porque mi exceso de amor y mi falta de coraje hacen de mí un fantasma...
Esta carta que desearía ser hermosa, posee la frialdad de las cartas anónimas, como un vulgar cheque, no tiene valor porque no esta firmada...
Acepta no obstante que te la dirija sin aceptar nada a cambio, pero deseando que te embriague de la simple dicha de saberte amado...
Eres bello, desconcertante, nunca decepcionante... Jamás serás mío y eso me desconsuela.
Acepta aún así Mi Amor mis sinceros y febriles sentimientos anónimos...
1 comentario:
En verdad y como bien dices posee la frialdad de las cartas anónimas pero lo bueno de serlo es poder decir con palabras lo que con actitudes no puede conseguirse.
Hay cartas anónimas que devuelven la magia y la alegría a quien la espera, hay cartas anónimas que llenan de gozo a personas que lo necesitan y hay algunas otras que aunque no se esperan alegran pues el contenido de ellas es puro y sincero.
Una entrada perfecta aunque de sabor amargo. Un fuerte abrazo!
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