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Ayer sentí que posiblemente me faltara un cachito de mí, que posiblemente mi Dios me fallara y me quitara un trocito de corazón, con el que sinceramente, se me haría muy difícil ser feliz.
Mi pequeñín, mi cosita a la que amo por encima de muchísimas cosas en este mundo, el que me espera despierto todas las mañanas sea la hora que sea, el que me besa lamiéndome a todas las horas del día, el que se acurruca en mi pecho y respira en mi oído para que yo sepa que él está vivo. Pues sí, es él, el cachorro más bonito que inunda mi casa de alegría, Stuart, por el que he apostado todo el cariño que tengo en mi corazón y por el que me he volcado para pasar con él todos los minutos que me brinde la vida.
Es mi regalo, mi bichito, el niño de mis ojos, por el que soy capaz de sufrir hasta el infinito y el que me da todas sus alegrías en forma de fidelidad.
Felicidades Stuart por tu segundo cumpleaños, porque el día 21 de septiembre del año 2011, no se nos olvidará a papá y a mí, que te queremos con locura. Eres un campeón y ya me lo has demostrado muchas veces, pero la virtud que más te premia es tu bondad.
Sé bueno cariño, que tu regalo, parece ser la vida...
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